A todos los ilusos,
a los que hablan al viento.
A los locos por amor,
a los visionarios,
a aquellos que darían su vidas
por alcanzar un sueño.
A los parias, los rechazados;
a los excluidos.
A los locos reales o supuestos.
A los hombres de corazón,
a aquellos que se empeñan en creer
en el sentimiento puro.
A todos aquellos
que aún se conmueven.
Un homenaje a los grandes
impulsos,
a las ideas y los sueños.
A quien nunca se rinde,
que puede ser burlado y juzgado.
A los poetas de diario.
A los “Vincíbili” por tanto, y también
a los derrotados que están
dispuestos a
levantarse y luchar de nuevo.
A los héroes olvidados
y a los vagabundos.
A quien después de haber luchado
y perdido por sus ideales,
aún se siente invencible.
A quien no tiene miedo de decir
lo que piensa.
Al que ha dado la vuelta al mundo
y a quien un día lo hará.
A quien no quiere distinguir entre
realidad y ficción.
A todos los caballeros andantes.
Mi reconocimiento y admiración
Miguel de Cervantes
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