Mario Valdés nació en Madrid (España) en 1965. Es médico y artista plástico.
Su trabajo como escultor desarrolla dos líneas de investigación.
Por un lado explora las posibilidades de los objetos como referentes de la realidad, descontextualizando elementos industriales contemporáneos
y utilizando la figura de la silla como metáfora de la persona.
Por otro lado explora la dimensión metafísica del espacio utilizando masas de materia, cristales y vídeos que construyen escenarios densos o transparentes que sirven para proyectar la existencia humana.

La instalación artística nos muestra un bosque quemado, formado por esculturas de árboles calcinados, en los que podemos apreciar cuando aún fueron verdes por medio de una combinación de vidrios.
Para conseguirlo se sirve de materiales clásicos de la escultura como el mármol y el acero, pero también emplea recursos más contemporáneos como vidrio, láminas acrílicas, impresiones fotográficas, nailon y teflón.
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