Remitido para difusión cultural

El mundo del arte en Canadá está sacudido por un gran escándalo de falsificaciones. Se han descubierto más de 1.500 obras falsas de Norval Morrisseau (1931-2007), pintor naïf nacional de Canadá de raíces aborígenes ojibwa.

La historia no termina ahí. Uno de los falsificadores arrestados recientemente comenzó a declarar afirmando que había producido miles de falsificaciones, revelando el sorprendente método para falsificarlas en masa.
Este método que inventó, e incluso le dio el  nombre de “pintar por número”, copia el esquema de la obra de Morrisseau, utilizando símbolos en cada sección para especificar los colores a aplicar, tales como “G” para el verde y “B” al azul. La idea es agitarlos y que el artista que trabaja para el falsificador lo coloree.

Falsificaciones de Morrisseau que fueron vendidas en una casa de subastas de Canadá, donde cada pieza se vendió entre 700 y 4.700 €, llegando algunas a alcanzar los 20.200 €

Este tipo de falsificaciones, que permiten generar grandes sumas de dinero, no han cesado desde los inicios de la historia del arte. Se dice que la falsificación más antigua del mundo tiene más de 2000 años. Ya los antiguos escultores romanos crearon y vendieron copias de esculturas griegas antiguas. Sin embargo, en aquella época el autor no era tan importante, y parece que los compradores compraban la obra sabiendo que era una copia.

Siglos más tarde en el  Renacimiento, a medida que la gente se volvió más rica, la demanda de obras de arte aumentó y el valor comenzó a variar mucho según e artista. Por ello, los pintores comenzaron a firmar sus obras para que se pudiera identificar al artista. 

Por esa época empezaron a fabricarse falsificaciones en serio y  a desarrollarse varios dramas relacionados con ellas. Por ejemplo, Alberto Durero ( 1471-1528), pintor del Renacimiento Alemán , se enfureció cuando supo que se habían publicado obras que imitaban su estilo impreso y llevaban la firma de Durero. Más tarde, en el prefacio de su serie de 19 grabados en madera ,”La vida de la Virgen” (1511), que publicó en forma de libro, escribió : “Ladrones que están celosos de las obras e invenciones de otros, no arriesguen sus vidas metiendo sus  manos descuidadamente en nuestras obras.”

Otros como Camille Corot (1796-1875) que pintó más de 700 obras durante su vida, y se sentía tan honrado de ser copiado que incluso firmó copias realizadas por otros. 

Algunos falsificadores venden obras falsificadas con sus propios nombres. Elmyr de Hory, protagonista de la película “F for Fake” (1973) , produjo más de 1.000 obras falsas de artistas como Renoir, Picasso y Modigliani, pero su valor fue tan elogiado que llegan a venderse en el mercado como una “falsificación” de Elmyr de Hory.

En definitiva, existen y han existido infinitos episodios de falsificaciones en la historia del arte y es fácil volverse insensible ante ello, pero para los artistas, sus asociados y fanáticos, estos son eventos extremadamente impactantes.

Por ello, actualmente, los coleccionistas de Morisseau lamentan que ya no puedan comprar las obras de Morrisseau con certeza y, según se informa, la Noval Morrisseau Estate,  está considerando trasladar la sede Morrisseau, de su tierra natal Canadá, para comenzar de nuevo.

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