Azkuna Zentroa el centro cultural situado en la Plaza de Arriquibar 4, de Bilbao, en lo que fuera otrora la antigua Alhóndiga edificada entre 1905-1908 de los arquitectos Ricardo Bastida y Philippe Starck, celebra bajo el título “Una voz para Erauso. Epílogo para un tiempo trans” una exposición del 10 de Marzo al 25 de Septiembre, de la pareja artística Helena Cabello y Ana Carceller.
Se trata de una galería de nuevos personajes trans, que Helena Cabello y Ana Carceller han ido elaborando a lo largo de su carrera.
El personaje
Catalina de Erauso y Pérez de Galarraga tuvo una vida inusual para su época, nacida entre los años 1585-1592 en San Sebastián en el seno de una familia de clase acomodada, de género femenino, aunque “gizona” en su ser.
Internada en el colegio de los Dominicos junto a sus hermanas, y más tarde recluida en el Monasterio de S. Bartolomé de San Sebastián donde se fugó con tan solo 15 años vestida de hombre; Vitoria, Valladolid, Bilbao, Estella, San Sebastián, Pasajes, Sevilla, Sanlúcar de Barrameda fueron puntos como prófuga en España, y alistada como soldado Venezuela, Panamá, Perú, Ecuador, y Chile donde alcanzar el grado de alférez y almirante del Imperio Español en el Nuevo Mundo y dejando un reguero de muertos en el camino.
Felipe IV le autorizó a seguir vistiendo como hombre y la bula papal de Urbano VIII lo confirmó.
Ocultó su identidad toda su vida bajo los nombres masculinos de Francisco de Loyola, Pedro de Orive, Alonso Díaz, Ramírez de Guzmán y Antonio de Erauso cuando falleció en 1560 en Cotaxtla cerca de Orizaba en el Virreinato de Nueva España ( Veracruz, México).
La exposición
Helena Cabello y Ana Carceller, mediante un trabajo multidisciplinar conjugan la instalación, la performance, el relato de ficción y el vídeo, pieza audiovisual de 28 minutos producida exprofeso para la exposición, como modo de cuestionar la representación hegemónica en las prácticas visuales y proponer alternativas críticas.
En la proyección audiovisual se plasma un diálogo entre tres “disidentes de género y sexuales” y el cuadro de Catalina de Erauso, atribuido inicialmente a Francisco Pacheco (el que fuera suegro de Velázquez), y actualmente considerado del pintor Juan van der Hamen (1596-1631) que pudo haberla pintado cuando Erauso vino a España en 1623 y visitó al rey Felipe IV.
Según las artistas, esa pintura pudiera ser una de las primeros retratos de una persona trans en la historia.
El cuadro original y la copia que se hizo en torno a 1900 por Luis Gómez de Artetxe, propiedad ambos de la Fundación Kutza puede verse como colofón final de la exposición.
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